Cómo preparar a tu perro antes de ir al veterinario

13 diciembre, 2018 - Marta Benayas

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Si tienes un perro, no habrás tardado mucho en observar que son animales muy sensibles. Independientemente de si son más o menos dominantes, tímidos o extrovertidos, todos ellos tienen algo en común, la forma en la que les afectan las cosas. El modo en que los trates determinará en gran medida su carácter, así que desde los inicios de vuestra convivencia, tendrás que basar su educación en el respeto y el amor.

Para tu mascota estar contigo es lo mejor que le puede pasar por eso si realizas lo que ellos pueden considerar una traición, además de pasarlo mal, pueden crear algo de rencor hacia ti. Lo mejor es que, ante una situación delicada manejes con delicadeza y paciencia los hechos para que ninguno de los dos salgáis perjudicados.

Para muchos, la visita al veterinario se convierte en un auténtico calvario, aunque se trate de una cita rutinaria y no les tengan que hacer nada. Pero el mero hecho de entrar en la consulta e identificar los olores les provoca ansiedad y nerviosismo. Por eso, para evitar cualquier susto, lo mejor es que previamente os preparéis -aunque suene a locura- así evitaréis más de un disgusto.

Ayúdalo con el refuerzo positivo (Istock)

Qué debes hacer antes de ir al veterinario

A sabiendas de que tu fiel amigo no es muy fan de visitar la clínica, aunque no se lo debes ocultar, debes hacérselo lo más llevadero posible. En primer lugar, enséñale lo que significa la palabra veterinario, y asócialo con otro concepto que le haga feliz, como por ejemplo ir a la calle. Intercala ambas palabras para que vaya entendiendo los dos conceptos. Obviamente esto no es algo que se consiga en un día, pero con paciencia lo puedes conseguir.

Dale un largo paseo antes para que se relaje y esté algo cansado antes de la visita y acostúmbralo a que se relacione con gente desde que es cachorro. Muchas veces el miedo al veterinario es el reflejo de la incomodidad que sienten al estar rodeado de otras personas.

Procura que vaya con el estómago vacío por si tienen que hacerle una analítica o simplemente para evitar que vomite si le entra el pánico, de este modo todo será más fácil.

Cuando estéis cerca del lugar, concretamente en la entrada -donde ya habrá identificado dónde está- dale un premio o chuche para que se ponga contento y relacione el veterinario con un lugar positivo. Haz lo mismo cuando os vayáis.

No escatimes con los mimos y cariños (Istock)

Una vez que estéis allí, no te separes de él, deja que sienta tu cercanía para que así el miedo y la incertidumbre pase. Tampoco escatimes en las palabras y gestos de cariño, tu fiel amigo te lo agradecerá.

El miedo al veterinario es algo muy frecuente en los perros, pero recuerda que con paciencia y refuerzo positivo podrás mejorar esta situación, todo esta en la manera en la que lo eduques.

 

 

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