Que un gato deje de comer suele ser motivo de preocupación para cualquier persona que conviva con felinos. Aunque los gatos son animales selectivos y a veces caprichosos con la comida, una pérdida de apetito repentina o prolongada puede indicar un problema de salud o emocional que conviene no pasar por alto. En este artículo repasamos las causas más habituales por las que tu gato puede dejar de comer y te damos algunas pautas para saber cómo actuar en cada caso.

1. Estrés o cambios en el entorno

Los gatos son animales de costumbres y muy sensibles a los cambios. Mudanzas, reformas en casa, la llegada de un nuevo miembro a la familia o incluso un simple cambio en la ubicación de su comedero pueden desencadenar episodios de estrés. Este malestar puede traducirse en falta de apetito, ya que el gato puede sentirse inseguro o incómodo, prefiriendo dejar de comer antes que exponerse a un entorno que percibe como amenazante.

2. Enfermedad dental

Problemas como el sarro, la gingivitis o las infecciones bucales son bastante frecuentes en los gatos, sobre todo a partir de cierta edad. Si notas que tu gato se acerca a la comida pero no llega a comer, mastica solo de un lado de la boca o babea, es posible que tenga dolor al masticar. En estos casos, es recomendable acudir al veterinario para una revisión dental y pautar el tratamiento adecuado.

3. Problemas digestivos

Trastornos como las bolas de pelo, gastritis o cualquier alteración en el aparato digestivo pueden provocar que el gato deje de comer. A veces, la falta de apetito viene acompañada de vómitos, diarrea o estreñimiento. Si estos síntomas se prolongan más de 24-48 horas, es fundamental consultar con un profesional para evitar complicaciones mayores.

4. Infecciones o enfermedades sistémicas

Algunas enfermedades, como las infecciones víricas (panleucopenia, calicivirus) o patologías graves como la insuficiencia renal, pueden provocar anorexia en el gato. La fiebre, el decaimiento o los cambios en el comportamiento suelen ser otras señales de alarma. No subestimes la falta de apetito, ya que puede ser el primer síntoma de un problema de salud importante.

5. Alimento en mal estado o poco atractivo

Los gatos tienen un sentido del olfato muy desarrollado y pueden rechazar la comida si detectan que está en mal estado o simplemente no les gusta. Cambios bruscos de marca, sabor o textura pueden hacer que tu gato decida ayunar hasta que le ofrezcas algo de su agrado. Asegúrate de que el alimento esté fresco y prueba a introducir los cambios de forma gradual.

6. Dolor o molestias físicas

El dolor, ya sea por una lesión, artritis o cualquier otro motivo, puede hacer que el gato pierda el interés por la comida. Presta atención a otros signos como cojera, dificultad para moverse o cambios en la postura. Si sospechas que tu gato sufre algún tipo de dolor, lo mejor es que lo valore un veterinario lo antes posible.

7. Efectos secundarios de medicación o vacunas

Algunos tratamientos farmacológicos, o incluso la administración de ciertas vacunas, pueden causar una pérdida temporal de apetito en los gatos. Este efecto suele ser pasajero y remite en pocas horas, pero si ves que tu gato sigue sin comer al día siguiente, consulta con el veterinario para descartar complicaciones.

¿Qué hacer si tu gato no quiere comer?

Ante una pérdida de apetito en tu gato, lo más importante es observar si existen otros síntomas (vómitos, diarrea, letargo) y cuánto tiempo lleva sin comer. Si la situación se prolonga más de 24 horas, o si tu gato es cachorro, mayor o tiene alguna enfermedad previa, acude al veterinario lo antes posible. Recuerda que los gatos son propensos a desarrollar lipidosis hepática tras periodos cortos de ayuno, una condición grave que requiere atención profesional inmediata.

Mientras tanto, intenta ofrecerle su comida favorita, caliéntala ligeramente para potenciar el olor y asegúrate de que el entorno esté tranquilo. No fuerces nunca al gato a comer, pero sí mantente alerta a cualquier cambio en su comportamiento.

Cuidar de la alimentación de tu gato es clave para su salud y bienestar. Si detectas cualquier cambio inusual, no dudes en buscar ayuda profesional para lograr que recupere el apetito y vuelva a ser el mismo de siempre.