Cómo prevenir las enfermedades óseas en perros
En más de una ocasión hemos escrito sobre cómo prevenir determinadas patologías en los perros, o hemos descrito algunos de los problemas más habituales en ellos, y hemos recurrido a la comparativa con el ser humano. No somos repetitivos porque no queramos hacer nuestro trabajo de forma más original, sino porque es esta la que mejor expresa lo que ocurre con los canes en muchos sentidos. También con las enfermedades óseas y su prevención. Lo vas a entender enseguida.
¿Cómo se previenen problemas físicos que no tienen cura como la artritis en el ser humano? Más allá de la medicación correspondiente cuando la edad avanza y así lo estimen los profesionales sanitarios, algo común en el mundo animal pero con los veterinarios, lo fundamental es mantener una vida activa y sobre todo tener buenos hábitos alimentarios con los que se refuerce la salud del cuerpo en general y de los huesos en particular, y además se evitan situaciones que no hacen más que agravar este tipo de enfermedades óseas, como es el caso de la obesidad.

Mantener una vida activa es fundamental para el animal (Foto: iStock)
Pues exactamente igual ocurre con los perros. Su alimentación es fundamental desde sus primeros meses de vida, cuando sus huesos están todavía en pleno desarrollo. Es cierto que muchas enfermedades óseas tienen un componente genético, pero todo lo que sea retrasar su aparición o limitar sus consecuencias, es una excelente noticia, y es la dieta variada y saludable, en cantidades justas, la mejor arma para conseguirlo.
No se trata de cebar al animal, sino de aportarle en cada momento los nutrientes que necesita -vitamina D, fósforo o calcio son tres de los que más influencia tienen en el fortalecimiento óseo-; ni más, ni menos. Esto significa que tan importante es variar los alimentos como controlar la cantidad de cada ración. Ambas cosas dependen de la raza y del tamaño del perro, por lo que lo recomendable es dejarse aconsejar por el veterinario que lleva el control de la salud del can y también documentarse al respecto de lo esa raza o tamaño de perro necesita en concreto. Esto permitirá que el animal no se exceda en el peso recomendado en cada de las etapas de su vida y su crecimiento será lineal y constante.

La alimentación del perro debe contar con los nutrientes necesarios (Foto: iStock)
Por último en lo respectivo a la alimentación, y siempre bajo prescripción médica, existe la posibilidad de complementar la dieta del perro con los llamados condroprotectores o protectores articulares, que se pueden ofrecer al animal en cualquier momento de su vida para ralentizar el deterioro óseo. Pero los veterinarios solo suelen recomendarlos en casos muy concretos. Por ejemplo, en individuos de razas gigantes o predispuestas genéticamente a desarrollar en la vida adulta este tipo de patologías, o en perros de edad muy avanzada.
Además, como decíamos al comienzo, es absolutamente necesario fomentar la vida activa en el perro para complementar los buenos hábitos alimentarios que se le inculquen. Tan solo se debe evitar la alta intensidad en el ejercicio durante los períodos de máximo crecimiento y cuando exista alguna otra contraindicación, pero en todos los demás casos, hacer ejercicio a diario desde que son cachorros es una forma de prevenir enfermedades de los huesos en el futuro muy eficaz.
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