Con la llegada del verano y las altas temperaturas, es fundamental prestar especial atención a los cuidados de nuestros conejos domésticos. Estos animales, tan delicados y adorables, pueden sufrir mucho con el calor, por lo que es imprescindible adaptar su hábitat y rutinas para garantizar su bienestar durante los meses más calurosos del año.

¿Cómo afecta el calor a los conejos domésticos?

Los conejos son animales muy sensibles a los cambios de temperatura, especialmente al calor extremo. Su cuerpo no es capaz de sudar como el de otros animales, lo que les dificulta regular su temperatura corporal. Por eso, cuando la temperatura ambiente supera los 25ºC, los conejos pueden experimentar estrés térmico e incluso sufrir golpes de calor, una situación muy peligrosa para su salud.

Ambientar correctamente su espacio

Uno de los cuidados esenciales para conejos domésticos en verano es preparar su jaula o recinto para combatir las altas temperaturas. Coloca la jaula en un lugar fresco y bien ventilado, lejos de la luz directa del sol y de fuentes de calor como ventanas o electrodomésticos. Si tienes a tu conejo en el exterior, asegúrate de que tenga sombra suficiente durante todo el día, utilizando toldos, sombrillas o mallas de sombreo.

Para mejorar la ventilación, puedes colocar un ventilador cerca, pero sin que apunte directamente al animal, y siempre supervisando que no haya corrientes de aire frío que puedan afectarle.

Hidratación constante y adecuada

La hidratación es fundamental en verano. Los conejos deben tener siempre agua fresca y limpia a su disposición. Cambia el agua varias veces al día para asegurarte de que no se calienta ni se ensucia. Puedes añadir algunos cubitos de hielo al bebedero, pero sin excederte, ya que cambios bruscos de temperatura tampoco son recomendables.

Otra opción es ofrecerle verduras y hortalizas frescas ricas en agua, como pepino, calabacín o lechuga romana (evita la iceberg), que ayudarán a mantenerlo hidratado de forma natural.

Evitar el ejercicio en las horas de más calor

Durante el verano, es mejor adaptar las horas de juego y ejercicio de tu conejo a los momentos más frescos del día, como primera hora de la mañana o al atardecer. Así evitarás que se sobrecaliente y reducirás el riesgo de golpes de calor. Recuerda que el exceso de actividad con temperaturas elevadas puede ser muy peligroso para ellos.

Presta atención a los signos de golpe de calor

Reconocer a tiempo los síntomas de un golpe de calor puede salvar la vida de tu conejo. Los signos más habituales son respiración acelerada, letargo, debilidad, encías enrojecidas, salivación excesiva y, en casos graves, convulsiones. Si detectas alguno de estos síntomas, traslada al conejo a un lugar fresco, humedece suavemente sus orejas con agua fresca (no fría) y contacta de inmediato con tu veterinario de exóticos.

Peina y cuida su pelaje

El pelaje de los conejos también influye en cómo soportan el calor. Durante el verano, cepilla a tu conejo con regularidad para eliminar el pelo muerto y evitar enredos, especialmente si es de raza de pelo largo. Un pelaje limpio y libre de nudos mejora la transpiración y reduce el riesgo de sobrecalentamiento.

Ofrece lugares frescos para descansar

Puedes facilitar a tu conejo los llamados «rincones frescos» donde pueda tumbarse para regular su temperatura. Coloca baldosas de cerámica, ladrillos o botellas congeladas envueltas en una toalla dentro de su recinto. De esta manera, podrá recostarse sobre superficies más frías y aliviar el calor.

Alimentación ligera y saludable

En verano, es recomendable ofrecer una dieta adaptada: menos pienso y más verduras frescas y heno de calidad. Evita dar alimentos ricos en almidón y azúcares, ya que pueden fermentar con el calor y provocar problemas digestivos. Lo ideal es mantener una alimentación ligera, variada y, sobre todo, muy hidratante.

Cuida la higiene de la jaula

Las altas temperaturas favorecen la proliferación de bacterias y parásitos, así que es crucial limpiar la jaula y los accesorios con más frecuencia. Retira los restos de comida y cambia el lecho regularmente para evitar malos olores y la aparición de moscas, que pueden provocar miiasis, una enfermedad muy peligrosa para los conejos.

Vigila la presencia de insectos y parásitos

En verano, los insectos como mosquitos, moscas y pulgas aumentan su actividad. Mantén a tu conejo protegido utilizando productos antiparasitarios recomendados por tu veterinario y revisa su pelaje y piel con regularidad. Cierra puertas y ventanas con mosquiteras para evitar el acceso de estos insectos al hogar.

¿Qué hacer si te vas de vacaciones?

Si tienes que ausentarte durante el verano, asegúrate de dejar a tu conejo al cuidado de una persona de confianza que conozca sus necesidades. Déjale instrucciones claras sobre sus cuidados y sobre cómo actuar en caso de emergencia. Lo ideal es no trasladar al conejo a lugares desconocidos ni exponerle a cambios bruscos de temperatura.

En definitiva, prestar atención a todos estos detalles hará que tu conejo disfrute del verano de forma segura y feliz. Recuerda que, ante cualquier duda, lo mejor es consultar siempre con un veterinario especializado en animales exóticos. Así, tu compañero peludo estará protegido y saludable durante toda la temporada de calor.