La esterilización de gatos es un tema que a menudo genera dudas, opiniones encontradas y, sobre todo, muchos mitos. Si convives con un felino o estás pensando en adoptar uno, seguro que te has planteado en algún momento si esterilizarlo es lo mejor para él. En este artículo vamos a desmentir las ideas equivocadas más comunes y a aclarar las verdades sobre este procedimiento, para que puedas tomar una decisión informada y responsable sobre el bienestar de tu gato.

¿Qué es la esterilización de gatos?

La esterilización, también conocida como castración en machos y ovariohisterectomía en hembras, es una intervención quirúrgica que impide la reproducción. En los gatos machos consiste en la extirpación de los testículos, mientras que en las hembras se eliminan los ovarios y, en la mayoría de los casos, también el útero. Es un procedimiento seguro, frecuente y realizado por veterinarios profesionales.

Mitos más comunes sobre la esterilización de gatos

«Si esterilizo a mi gato, engordará mucho»

Uno de los mitos más extendidos es que los gatos esterilizados inevitablemente engordan. Es cierto que, tras la intervención, el metabolismo del animal puede ralentizarse y su apetito aumentar. Sin embargo, con una alimentación adecuada y fomentando el ejercicio, el sobrepeso no tiene por qué ser un problema. Es importante controlar las raciones y ofrecerle comida específica para gatos esterilizados, que contiene menos calorías.

«Las hembras deben tener una camada antes de ser esterilizadas»

No existe ningún beneficio médico en que una gata tenga al menos una camada antes de ser esterilizada. De hecho, esterilizar antes del primer celo reduce el riesgo de desarrollar tumores mamarios y elimina por completo la posibilidad de padecer infecciones uterinas, que pueden ser muy graves. Además, evitarás camadas no deseadas que pueden acabar en abandono.

«Mi gato dejará de ser cariñoso o cambiará su carácter»

La personalidad de tu gato no depende de su capacidad reproductiva. La esterilización no altera el carácter de tu mascota; de hecho, muchos tutores afirman que sus gatos se vuelven más tranquilos y cariñosos tras la intervención, ya que desaparecen conductas relacionadas con el celo, como el marcaje con orina o los maullidos insistentes.

«Es un procedimiento doloroso y peligroso»

Como cualquier cirugía, conlleva ciertos riesgos, pero es una intervención rutinaria que se realiza bajo anestesia general. Los gatos suelen recuperarse rápidamente y, con los cuidados postoperatorios adecuados, las complicaciones son muy poco frecuentes. El dolor se controla con medicación y el animal puede volver a su actividad normal en pocos días.

«Sólo es necesario esterilizar a las hembras»

Otro error muy habitual. Los machos también deben ser esterilizados, ya que así se evita el marcaje, las peleas con otros gatos y el riesgo de contagio de enfermedades como la leucemia felina o la inmunodeficiencia, que se transmiten por mordeduras. Además, esterilizar a los machos contribuye a reducir la población de gatos callejeros.

Verdades sobre la esterilización de gatos

Mejora la salud de tu gato

La esterilización previene enfermedades graves como tumores mamarios, infecciones uterinas (piometra) en hembras y problemas de próstata o tumores testiculares en machos. También disminuye el riesgo de escapadas y accidentes relacionados con el celo.

Ayuda a controlar la superpoblación felina

Uno de los principales motivos para esterilizar a los gatos es evitar camadas no deseadas. Cada año, miles de gatos acaban en refugios o, peor aún, abandonados en la calle. La esterilización es la forma más eficaz de luchar contra el abandono y el sufrimiento animal.

Reduce comportamientos indeseados

La mayoría de los comportamientos molestos relacionados con el celo, como los maullidos constantes, el marcaje con orina o las peleas entre machos, desaparecen tras la esterilización. Tu gato estará más tranquilo y será más fácil la convivencia en casa.

No afecta a su instinto ni a su felicidad

Los gatos esterilizados siguen siendo igual de juguetones, curiosos y felices. La esterilización no les quita las ganas de explorar, de jugar ni de interactuar contigo. Simplemente elimina la ansiedad relacionada con la reproducción y mejora su calidad de vida.

¿Cuándo es el mejor momento para esterilizar a un gato?

La mayoría de veterinarios recomienda esterilizar antes del primer celo, que suele ocurrir entre los 5 y 6 meses de edad. Sin embargo, se puede realizar en cualquier momento de la vida del animal, siempre que esté sano y el veterinario lo considere oportuno. Cuanto antes se realice, más se reducen los riesgos de enfermedades asociadas al aparato reproductor.

Cuidados tras la esterilización

Después de la operación, tu gato necesitará reposo y un espacio tranquilo donde recuperarse. Es normal que esté algo apático el primer día, pero pronto volverá a la normalidad. Es fundamental evitar que se lama la herida y seguir las indicaciones del veterinario respecto a la alimentación, la higiene y la administración de medicamentos. Si observas cualquier síntoma extraño, como fiebre, hinchazón o falta de apetito, consulta de inmediato con el profesional.

Esterilizar es un acto de responsabilidad

En definitiva, la esterilización es una decisión responsable que beneficia tanto a tu gato como a la sociedad. Desmontar los mitos y conocer las verdades te ayudará a actuar en favor del bienestar de tu compañero peludo. Si tienes dudas o necesitas más información, no dudes en preguntar a tu veterinario de confianza. Recuerda que una vida más larga, sana y feliz está en tus manos.