Al alcanzar la madurez sexual, las gatas empiezan a tener el celo, lo cual no es más que el momento en el que el animal es fértil. Suele coincidir con los momentos de más luz del año, concretamente 3 veces al año. En el momento del celo, los machos suelen tener más interés en las gatas y estas quieren aparearse, suele durar de entre cinco días hasta dos semanas, dependiendo del animal.

Va a buscar muchos mimos y atención (Unsplash)

Tener una gata doméstica con celo puede ser una experiencia nueva y sorprendente para los dueños que nunca han tenido gatos y, por lo tanto, no sabrán cómo comportarse para ayudarla. Para saber si tu gata está en celo tendrás que observar si pide más mimos de lo habitual, si está más agitada y maulla mucho cuando no puede salir de casa, si se lame sus genitales y adopta una postura extraña o si orina por toda la casa dejando su olor. Esas son las características de celo en gatas y son bastante fáciles de distinguir por lo que si tu gata está en celo sabrás que lo tiene.

Pero, ¿cómo puedes ayudarla?

Lo primero es darle muchos mimos y atención, una buena manera es cepillarla. También puedes jugar con ella para distraerla de los síntomas del celo y hacer que gaste energía, principalmente piensa juegos que puedan cansarla y hacer que quiera descansar y no pensar en el celo.

Evita que salga a la calle (Unsplash)

Muy importante es que no la dejes salir de casa y cierres bien todas las ventanas, ella por naturaleza querrá salir a aparearse con otros machos. Si la dejas salir es probable que vuelva estando preñada y eso podría suponer un trastorno tanto para la gata como para ti.

Es conveniente que consultes con el veterinario para ver cuándo podrías esterilizarla pues os ahorraría, tanto a ti como a tu mascota, sustos en estas épocas.