Los caballos son animales increíblemente comunicativos, aunque muchas veces sus formas de expresarse pasan desapercibidas para nosotros. Más allá de los relinchos y los movimientos evidentes, existe todo un mundo de gestos y señales sutiles que los caballos emplean para interactuar con su entorno y con otros miembros de la manada. Descubrir estas formas de comunicación puede ayudarte a comprender mejor a tu caballo y fortalecer el vínculo que tienes con él. A continuación, te mostramos cinco maneras poco conocidas en las que los caballos se comunican.

1. Movimientos de los belfos

El hocico de los caballos, especialmente los belfos (los labios superiores e inferiores), es una de sus herramientas más expresivas. Si observas detenidamente, verás cómo mueven los belfos de formas muy sutiles: pueden arrugar el labio superior, estirarlo hacia un lado o incluso pellizcar suavemente el aire. Estos movimientos son mucho más que simples tics; suelen indicar curiosidad, aceptación, rechazo o incluso nerviosismo. Por ejemplo, un caballo que estira el labio superior y hace la conocida «mueca de Flehmen» está tratando de captar mejor un olor interesante, mientras que unos belfos relajados suelen indicar tranquilidad y confianza.

2. Cambios en la piel y los músculos

Los caballos tienen un control sorprendente sobre la piel y los músculos de su cuerpo. Es frecuente ver cómo «tiemblan» la piel del lomo o los costados, no solo para espantar insectos, sino también como reacción a caricias o estímulos externos. Este pequeño temblor puede ser una forma de comunicación hacia otros caballos o hacia las personas, indicando que algo les resulta incómodo o desagradable. Prestar atención a estos sutiles movimientos te ayudará a entender cuándo tu caballo no se siente a gusto.

3. Parpadeos y movimientos oculares

Los ojos de los caballos no solo reflejan sus emociones, sino que también son una vía de comunicación. Un caballo que parpadea lentamente suele estar relajado y confiado, mientras que un parpadeo rápido o el hecho de abrir mucho los ojos puede indicar sorpresa o miedo. Además, los caballos suelen dirigir la mirada hacia el objeto de su interés o preocupación, alertando así a otros miembros de la manada. Si observas que tu caballo mira fijamente en una dirección, puede estar intentando avisarte de algo que ha captado su atención antes que tú.

4. Posición y movimientos de la cola

La cola de los caballos es mucho más que un simple espantamoscas. A través de su posición y movimientos, los caballos transmiten una gran variedad de mensajes. Una cola levantada puede significar excitación o alerta; si la mantienen rígida y baja, puede ser señal de incomodidad o miedo. Un movimiento de cola rápido y enérgico no siempre es para espantar insectos: en ocasiones, es una forma de mostrar irritación ante la presencia de otro caballo o de una persona. Aprender a interpretar estos gestos te permitirá conocer mejor el estado de ánimo de tu caballo.

5. Cambios en la respiración

La respiración de los caballos también es una herramienta comunicativa, aunque a menudo pase desapercibida. Más allá del típico resoplido, los caballos pueden suspirar, bufar o incluso emitir suaves gemidos según el contexto. Un resoplido fuerte suele indicar alerta o sorpresa, mientras que un suspiro largo y profundo es señal de relajación. Los cambios en el ritmo respiratorio, como una respiración más rápida o entrecortada, pueden indicar nerviosismo o miedo. Escuchar y observar estos detalles te dará muchas pistas sobre cómo se siente tu caballo en cada momento.

¿Por qué es importante entender estas señales?

Conocer y saber interpretar estas formas de comunicación poco conocidas te ayudará a crear una relación más estrecha y de confianza con tu caballo. Además, podrás anticiparte a posibles problemas de comportamiento y mejorar su bienestar. Recuerda que cada caballo es único y puede tener sus propias maneras de expresarse, por lo que la observación y la empatía son fundamentales para entenderles.

Dedicar tiempo a observar a tu caballo, prestando atención a estos detalles, hará que tu convivencia sea mucho más satisfactoria y enriquecedora para ambos. Los caballos tienen un lenguaje propio, lleno de matices, que merece la pena descubrir.