Alimentar bien a nuestras mascotas es una de las claves para que se mantengan sanas y felices a nuestro lado. Sin embargo, es fácil cometer ciertos errores en su alimentación, incluso con la mejor intención. Muchas veces, lo que para nosotros parece una muestra de cariño, puede ser perjudicial para su salud. En este artículo vamos a repasar los errores más habituales al alimentar a perros y gatos, y te contaremos cómo puedes evitarlos para garantizar el bienestar de tus compañeros peludos.

Darles comida de nuestra mesa

Uno de los errores más frecuentes es ofrecerles a nuestras mascotas restos de nuestra comida. Aunque nos cueste resistir esas miradas suplicantes mientras comemos, lo cierto es que muchos alimentos humanos pueden ser dañinos para perros y gatos. Por ejemplo, el chocolate, la cebolla, el ajo, las uvas o los huesos cocidos pueden provocarles graves problemas de salud. Además, los condimentos y las grasas suelen ser demasiado fuertes para su sistema digestivo.

¿Cómo evitarlo? Lo mejor es establecer una rutina y acostumbrar a tu mascota a comer únicamente su pienso o comida específica para animales. Si quieres premiarla, utiliza snacks especiales pensados para ellos y consulta siempre con tu veterinario antes de ofrecerle algo diferente.

Sobrealimentar o dar raciones inadecuadas

Otro error común es no controlar la cantidad de comida diaria. Muchas mascotas acaban teniendo sobrepeso porque se les da más alimento del que necesitan o porque se les alimenta varias veces al día sin medir las raciones. El sobrepeso puede acarrear problemas de salud como diabetes, problemas articulares o enfermedades cardíacas.

¿Cómo evitarlo? Es importante seguir las indicaciones del fabricante del pienso o de tu veterinario en cuanto a la cantidad diaria recomendada según el peso, la edad y la actividad del animal. Utiliza un vaso medidor para servir la ración y evita dejar el comedero lleno todo el día.

No adaptar la dieta a sus necesidades

Cada mascota es única y, a lo largo de su vida, sus necesidades nutricionales cambian. Los cachorros, adultos y animales mayores necesitan diferentes aportes de nutrientes. También hay que tener en cuenta si tu mascota tiene alguna enfermedad, alergia o intolerancia alimentaria.

¿Cómo evitarlo? Consulta con tu veterinario cuál es el alimento más adecuado para la etapa vital y las condiciones particulares de tu mascota. Existen piensos y dietas específicas para cada situación: esterilizados, con problemas renales, alergias, etc.

Olvidar el agua fresca

A veces nos centramos tanto en la comida que olvidamos la importancia del agua. El acceso constante a agua limpia y fresca es fundamental para la salud de cualquier animal. La deshidratación puede causar graves problemas, especialmente en verano o en animales mayores.

¿Cómo evitarlo? Cambia el agua del bebedero al menos una vez al día, límpialo regularmente y comprueba que tu mascota bebe con normalidad. Si tienes un gato, puede que prefiera beber de fuentes en movimiento, así que puedes probar con una fuente especial para gatos.

Abusar de los premios y snacks

Los premios y snacks son útiles para educar y reforzar comportamientos positivos, pero si se abusa de ellos pueden aportar un exceso de calorías y descompensar la dieta de tu mascota. Algunos snacks comerciales también contienen demasiadas grasas o azúcares.

¿Cómo evitarlo? Utiliza los premios con moderación y elige snacks saludables. Suma la cantidad de snacks a la ración diaria para no exceder las necesidades calóricas de tu mascota. Recuerda que el premio más efectivo es tu atención y cariño.

Ignorar la calidad del alimento

No todos los piensos ni las latas son iguales. A veces, por ahorrar un poco, optamos por alimentos de baja calidad que no cubren todas las necesidades de nuestra mascota o que incluyen ingredientes poco recomendables.

¿Cómo evitarlo? Lee siempre la etiqueta y consulta con tu veterinario cuál es la mejor opción para tu mascota. Apuesta por marcas reconocidas y evita alimentos con muchos subproductos, colorantes artificiales o exceso de cereales de baja calidad.

No prestar atención a los cambios de apetito

Si tu mascota deja de comer repentinamente, come menos o muestra menos interés por la comida, puede ser señal de un problema de salud. Muchas veces, cambiamos el pienso o la dieta sin una transición adecuada, lo que también puede afectar a su apetito o causarle molestias digestivas.

¿Cómo evitarlo? Si necesitas cambiar de alimento, hazlo de forma gradual mezclando el nuevo con el anterior durante varios días. Observa siempre si hay cambios en el apetito y consulta con el veterinario ante cualquier duda.

Ofrecer huesos y restos peligrosos

Es muy habitual pensar que los huesos son buenos para los perros, pero los huesos cocidos pueden astillarse y provocar obstrucciones o perforaciones en el aparato digestivo. Los restos de comida con huesos pequeños, como los de pollo, también son especialmente peligrosos.

¿Cómo evitarlo? Evita dar huesos cocidos o restos de comida con huesos a tus mascotas. Si quieres que mastiquen algo, existen mordedores especiales y snacks diseñados para limpiar sus dientes y entretenerles de forma segura.

Consejos para una alimentación saludable

  • Elige siempre alimentos de calidad adaptados a la etapa y necesidades de tu mascota.
  • Controla la cantidad de comida diaria y evita el sobrepeso.
  • Mantén siempre agua fresca a su alcance.
  • No abuses de los snacks y premios.
  • Consulta con el veterinario ante cualquier duda o cambio en el apetito.
  • Evita darles comida de tu plato y restos peligrosos.

Cuidar la alimentación de tu mascota es uno de los mejores regalos que puedes hacerle. Presta atención a estos errores comunes y pon en práctica estos consejos para asegurarte de que tu perro o gato disfruta de una vida larga y saludable a tu lado.